viernes, 2 de octubre de 2009

CRÍTICA REVISTA ABC CULTURAL

Por Maria Laura Pacheco


Diego Corán Oria y Facundo Rubiño son, en este caso, los “padres de la criatura” que se convierte en protagonista principal de “El Conejo” (“Este mundo merece felicidad”), la nueva obra que se presenta los viernes a las 00:15 en el fabuloso Teatro Maipo (Esmeralda 449).
La historia relatada en este “comic trash delirante y reflexivo” transcurre en un tiempo lejano, “cerca de la era vegetal” y comienza con una voz en off y un activo cuadro musical en el que seis de los actores bailan al ritmo de una canción que introduce al espectador en la situación que deviene en el reinado de este conejo tan respetado y admirado, considerado un mesías para muchos de los refugiados en ese hangar.

“El mundo se apagó” y “junto al conejo transitamos este bunker subterráneo” son estrofas que movilizan a los actores mientras bailan y retuercen sus cuerpos al ritmo dance de las canciones que forman parte de la obra. Es ese “bunker de la felicidad” en el que estos hombres y mujeres pasan sus días, esperando el retorno del Conejo, ese personaje mitológico que salió al mundo real para buscar la fórmula de la felicidad y, una vez en sus manos, poder otorgársela a quienes conviven con él.

Pero la felicidad vendrá en un envase un tanto inesperado (un cactus), que se convertirá en el objeto más preciado de todo el bunker y en un elemento que habrá brotar envidias, celos, traiciones, desamores y venganzas de todo tipo para derrocar al Conejo. Es él quien admite de forma casi alicaída su simple pero altruista deseo: “Yo siempre soñé con darle felicidad al mundo”.

A medida que la historia avanza, y estos seres de la era vegetal ven pasar sus días sin emoción alguna, sólo los mantendrá vivos la ilusión de experimentar la felicidad tan anhelada, que funciona como un motor para vivir día tras día encerrados en ese espacio, luego del gran estallido que destrozó el mundo tal como lo conocían hasta ese trágico hecho.

“El Conejo” es una poderosa comedia musical, cuyos bailes y composiciones musicales se convierten en el punto más llamativo de la obra, a la cual es indispensable reconocer que la ocurrencia e ingenio de sus diálogos aporta un condimento especial para disfrutar esta particular historia que podríamos catalogar casi de futurista. “El que esté libre de pecados, que arroje el primer chasqui boom“ es tan sólo una de las frases que representa la comicidad que abunda en las líneas interpretadas por los actores.

Con un gran despliegue de baile, acompañando la música de Gaby Goldman, “El Conejo” llega con su original propuesta al Teatro Maipo para brindar una buena dosis de comedia, calabazas danzantes y cuadros musicales al ritmo dance. Una combinación más que interesante para una peculiar historia cuya esencia le resultará conocida a más de una persona del público.

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